Thursday 26 May 2011

La necesaria Convergencia

                     

Autora:          
Madalina Cobián.              
Benemérita Logia No.1
“Hijas de la Acacia”
La Habana. Cuba.

Fecha:                   Enero 2004

La  Masonería Universal, en busca de la perfección del hombre, por varios siglos, ha creado sus propios instrumentos de trabajo para la formación de este, acorde a sus ideas y principios monoteístas: sus escuelas.
  Los niveles de estas han transitado desde la Enseñanza Elemental hasta lUniversitaria, llevando intrínseco, dentro de sus disciplinas, los principios de Igualdad, Libertas y Fraternidad.
 La Masonería Cubana, siguiendo los postulados de la Masonería Universal, ha desarrollado ardua tarea por la educación de su país durante los siglos IXX y XX y producto de la cual vieron la luz grandes personalidades de la Ciencia, el Arte y la Políca cubanas de los dos pasados siglos; hombre impregnados de principios morales y amor patrio, que en muchos casos dieron la vida por la libertad de su país.  Recordemos a Céspedes, Maceo, Martí, sin dejar de pensar en otros que me es imposible mencionar.
 Sin atreverme a tocar el tema de las diferencias entre la Iglesia y la Masonería, por ser completamente profana en este campo, la Historia de la Guerra por la Independencia de Cuba, contra España, me ha llevado  a la convicción de que la Educación Cubana fue el óptimi caldo de cultivo para que se diera el punto de convergencia entre ambas instituciones, a partir del momento en que el insigne cubano, Maestro de Maestro y seguidor  del reformador Obispo Espada, Padre Felix Varela, desde su Cátedra de Constitución, que el llamara Cátedra de Libertad, en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio en La Habana, en 1821, expusiera los criterios de que:
  “Constitución, Libertas e Igualdad, son sinónimos; y a estos repugnan los de esclavitud y desigualda”. Fin de la cita.
 Y así cucmpliendo su labor ejemplar como maestro, combatiendo el escolasticismo clerical de la enseñanza, y sembrando los principios de Amor a la Patria, lo que el llamaba Pedagogía Criolla y Educación para el patriotismos, sembrando en el corazón de sus alumnos, en su gran mayoría masones, contribuye a formar una nueva generación de maestros e intelectuales, que se destacan por engendrar otra nueva ola de maestros de igual pensar, poniendo en práctica lo que en el siglo XXI fuera recogido por Belisario P.D. Lago, en su libro “Las ideas masónicas y la fe católica”:
 “Que a pesar de la antiquísima polémica y la intolerancia recíproca, los masone y católicoa tenemos mucho en común, porque qdoramos a un mismo Dios; por tanto los cubanos actuales, debemos de saldar nuestras diferencias esenciales, porque necesitamos de la unión de la Escuadra, el Compás y el Crucifijo”. Fin de la cita.
  Entre los alumnos de Varela se encontraron:
-         Nicolás Manuel Escobedo y Rivero. Masón habanero, abogado brillante y orador conceptuoso. Profesor del Seminario de San Carlos y de la Universidad de La Habana.  Fundador del periódico “El Observador Habanero”.  Diputado a las Cortes Constituyentes Españolas, donde defendió la igualdad de derechos.  Era ciego.  Lo llamaban “El ciego que veía claro”.  Fue sucesor de Varela en la Cátedra Constitución en el Seminario de San Carlos.
 Aquí se evidencia el punto de convergencia ya mencionado; aunque la Universidad de La Habana combatiera al Seminario de San Carlos por sus ideas liberalistas, un católico forma en sus aulas a masones con ideas liberales.  Ideas que coinciden con la vertiente independentista que emana de la enseñanza católica que se imparte en el mencionado Seminario, tomando comoinstrumento el arma que siempre llega a los corazones y las mentes: la escuela.
-         José de la Luz y Caballero, el Evangelista de la Educación, cuyos postulados pedagógicos y sociales son universalmente conocidos y que haciendo honor a su apellido, han iluminado muchas generaciones, y seguidor de los principios varelianos.  Masón de la Logia Tínima, ahora Camaguey.
-          José María Mendive, Maestro de Martí, masón de la logia San Andrés de La Habana, seguidor de esos principios ya practicados por la Masonería Universal y que hoy reconocemos en la figura de Nuestro Apostol José Martí.
De De la Luz y Caballero, reconocido católico, se cuenta que, durante sus funerales, al oirse el repicar de las campanas de la Iglesia, algunos malintecionados se preguntaron que porque repicaban si estaba enterrando un masón. Cabe decir, aunque nunca fue confirmado, que Caballero se había iniciado en la Masonería secretamente en Europa.
 En su libro “Memoria de la esclavitud”, el Padre Varela plantes:
-         “Me atrevo a asegurar que la voluntad del pueblo de Cuba es que no haya esclavos…..  Y yo solo pido lo que quiere el pueblo de cuba,” Fin d la Cita.
Es realmente coincidente que 46 años después, un masón hiciera realidad su petición:
Carlos Manuel de Céspedes, quien fuera sorprendiso y muerto en 1874, cuando se encontraba alfabetizando niños campesinos en una escuelita creada por el en las lomas de San Lorenzo, Oriente.  También el Padre de la Patria, cumplió dentro de sus múltiples y gigantescas tareas, como fueron la de liberar a sus esclavos, defender la Patria y guiar su pueblo, con la tarea de instruir niños, como un simple y humilde maestro escolar.
  Muchos han sido los héroes, mártires y ciudadanos ejemplares que desde las filas de la iglesia Católica han sabido simultáneamente jurar ante el Ara, por la hermandad, la libertad de los pueblos, la igualdad de derechos y han luchado por al justicia.
 Quizá ambas institucuines puedan mantener dentro de sus normas interna, el recíproco rechazo, pero los hombres se agrupan alrededor de donde ven realizados sus ideales, sin que esto signifique el abandono de su institución, ni de su fe.  Es como decir:
-         “Dios los cría y ellos se juntan”.
Pero se juntan  porque hay en ellos objetivos comunes.  Porque es cristiano salvar al hombre del pecado, llevarlo por el camino del bien, educarlo acorde a principios de moralidad y conducta, instruirlo para poder desarrollar una sociedad justa y civilizada, y así poderse defender de la injusticia. Es cristiano enseñar.  Es cristiano evangelizar.  Es cristiano considerar al hombre como principal objetiv del Universo, después de reconocer su subordinación a Dios.  Y no deja de ser cristiano llamar a Dios, “Gran Arquitecto del Universo”, si se reconoce en El, la existenia de un Ser Supremo.
  Muchas habrán sido las diferencias entre ambas instituciones, pero jamás superarán las coincidencias positivas, los muchos puntos en común que ambas tocan en su quehacer diario, tanto local como universal.
 Cuba es un país, que dado a sus características geográficas, históricas económicas, y sociales, tiende a la fusión de todos los géneros de manifestación del ser humano, tanto en su cultura, música, tradición, religión, para ayudarse a lograr su supervivencia.  Hoy, esta se encuentra ante una crísis social ante la cual, no se puede dar el lujo de fragmentarse, pues esto significaría su aniquilamiento total.  Por tanto, sin que esto conlleve a convertirla en una fusión filosófica, teológica, si no en un punto de unión  de ambas, donde cada una pueda aportar lo mejor de sí, sobre la base de la armonía y el respeto, es necesario que se produzca esa convergencia de ideas que contribuyan a su consolidaciòn y robustecimiento para enfrentar la crísi social.
                            Madalina Cobián




Chucha,la lagartija

Para Camilita,
De  su abuelita Madalina.

 Chcucha, como la bautizaron los niós de este cuento, era una lagartija que vivía en el aula de pre-escolar del Círculo Infantil Barquito d Papel.
  A ella le gustaba pasearse por las paredes, la ventana  y el techo del aula. Cuando se posaba en la ventana, la luz solar hacía que su piel se tornara verde, pero cuando se posaba en el techco, su piel parecía de color oscuro, casi negro.
  Estos cambios de color hacían que los niños se distrajeran de la clase y la maestra tuviera que llamar la atención para que se concentraran de nuesvo en su actividad, porque  hasta hubo  veces que algún niño bellaco le tirara un taquito de papel, un pedacito de tiza o de plastilina.
  Un día la maestra tuvo que salir del aula y se demoró alrededor de diez minutos en regresar, los que aprovecharon los alumnos para lanzarle objetos a Chucha para derribarla y cogerla.
  Un pedazo de plastilina logró alcanzarla tan fuerte, que le desprendió su colita, la cual cayó al piso y mientras continuaba moviéndose, algo propio de las colas de las lagartijas, un niñom la cogió entre sus dedos para asustar a las niñitas.
  Al llegar, la maestra regañó fuertemente a los niños y Chucha aprovechó para salir corriendo, huyendo hacia el jardín de la escuela donde se escondió en una cuevita ntre las piedras.  Allí, adolorida y avergonzada por lapérdidda de su colita, comenzó a llorar.
  ¡Pobrecita Chucha! ¡Como lloraba! ¡Como decía!:
-          “¿Por qué me ha pasado estoa mí? ¿Por qué me han hecho estolos niños, si yo no les hago daño y me gusta ver como cantan y juegan mientras me alimento de insectos? ¿Cómo podré volver al aula a comer insectos sin sentir vergüenza, si ellos son tan lindos y yo estoy tan fea sin mi colita? Si tan siquiera la tuviera, yo volvería al aula a verlos sin que ellos se dieran cuenta; pero, ¿y si me volvieran a hacer lo mismo? No, no lo harían.  Los niós son tiernos, lo que pasa es que a veces tienen momentos de crueldad.
Y meditando esntre sollozos, se quedó dormida por un largo tiempo.
  Mientras Chucha dormía en su cuevita, los niós continuaban en el aula, pero no muy comodamente.  Se daban palmadas en los brazos y en las piernas, tratando de ahuyentar los mosquitos y las moscas que los molestaban y no los dejaban concentrarse en la clase.
 La maestra que se percató de la intranquilidad de sus alumnos, les explicó la importancia de los animalitos insectívoros en el medio circundante, y les hizo comprender el error que habían cometido al ahuyentar a Chucha, porque ahora no tenían quien exterminara las moscas y los mosquitos que tanto les molestaban. 
 Los niños avergonzados bajaron la cabeza y continuaron dándose palmadas.
  Pero como La Naturaleza es sabia y Chucha sentía tanto amor en su corazoncito por los niños, hasta ser capaz de perdonarlos por su actitud, parece que esta decidió recompensarla y cuando la lagartijita se despertó, después de varios dias de sueño, se dio cuenta de que su colita lentamente, le había salido de nuevo, y le crecía poquito a poquito.  Chucha se sintió muy contenta y al escuchar las voces de los niños, corrió hacia el aula rapidito, pero, al llegar a la ventana, recordó lo que le había sucedido anteriormente y temiendo perder su colita de nuevo, se detuvo y empezó a entrar muy despacito para no ser descubierta y poder observar a los niños sin ser vista. Pero como los niños todo lo ven, pronto la vio un alumno y gritó:
-          “Miren a Chucha”.
A lo que todos corearon muy contentos.
-           “Llegó Chucha”.
-           “Regresó Chucha”.
Y recordando lo que la maestre les había enseñado sobre los animalitos insectívoros, comenxaron a comportarse adecuadamente y desde ese día respetaron su espacio vital y Chucha vivió para siempre en el aula de Pre-escolar, comiendo insectos y mirando a los niños jugar.

















Monday 23 May 2011

Una Hija de la Acacia

Autora:      Madalina Cobián
                    .
Acacia:

Científicamente: Árbol leguminoso. Pertenece a la familiaFabaceae. Necesita de un lugar fresco para invernar  y en verano  le es indispensable abundante riego, con abono incluido. Se les considera arboles fijadores de nitrógeno que contribuyen  a la fertilidad del suelo y crea mejores condiciones para el desarrollo de otras plant
as.  Son de rápida germinación y de fácil cuidado.  En la antigüedad era considerada una planta maravillosa por sus propiedades curativas y hasta se le creía ahuyentaba la mala suerte.  En Egipto fue muy conocida y se le utilizaba en la construcción de embarcaciones, estatuas y muebles.   De flores blancas olorosas en racimos.  Su dura madera fue utilizada en la fabricación de artículos, objetos, y monumentos, por cuya importancia debían perpetuarse hasta la eternidad. De ahí que de esta madera fue fabricada el Arca de la Alianza que conservarían  los Diez Mandamientos grabados en piedra por Dios a Moisés en el Monte de Sinahí.

  Simbólicamente: Fue precisamente un árbol de Acacia el que escogiera Dios para presentarse ante Moisés en el  Monte de Sinahí.  Un árbol lo suficiente puro como para servir de hospedero al Supremo Hacedor;  un árbol lo suficientemente fuerte para arder en el fuego divino sin consumirse. Las flores de la Acacia representan la pureza y la fragancia  multiplicadas, la fertilidad, mientras que su madera representa la perpetuidad; por tanto un ramo de Acacias es el símbolo de un grupo de mujeres de altos valores y principios cuya misión es perpetuar, además de la especie, los valores que debe llevar intrínsecos la clase humana para perfeccionarse.


   
   La mujer cubana, desde tiempos remotos, o más bien, desde que su país comenzó a tener conciencia de cubanía, se tornó en una mujer versátil y flexible, que aprendió a crecerse, desdoblarse y multiplicarse, tratando de abarcar todas las esferas de la sociedad en la que pudiera ser útil, en la que siempre ha dejado su cuño de cubanía, con su perfume y musicalidad, abrazándola con amor y material cariño, para no dejar caer esta sociedad, y con paciencia e inteligencia, la ha educado, la ha guiado, para sacarla de la oscuridad y  salvarla del peligro y la opresión.

    La mujer cubana, no sólo ha sido desde finales del siglo XIX hasta el momento, una mujer austera, rígida y recta, como lo exigían los patrones de conducta impuestos por la religiosidad colonial, sino que, gracias a la mezcla de las razas y culturas existentes en el país, se convirtió en un prototipo de mujer,  propio y único de un país como Cuba: sensual, musical, inteligente, guarachera, amorosa, y comprensiva, sobre todo en cuanto a abrazar las causas justas sociales y fundamentalmente, cuando esa causa es la que ha abrazado su esposo o compañero en la vida.

    Esta mujer,  que ha sido además de madre, esposa y revolucionaria, identificada siempre con todas las causas nobles que ha enfrentado su país,  fue la que escogió ese Pequeño Gran Hombre, corto de estatura y largo de ideas, el Masón  Gabriel García Galán, abogado y maestro, Ex - Gran Maestro de la Masonería Cubana, para que fuera la representación femenina de la Institución del Compás y la Escuadra.

    Teniendo en cuenta los Antiguos Límites Masónicos,  que todavía existen,  costó mucho trabajo que la Institución accediera a la proposición de García Galán de que se creara una Orden fraternal femenina que practicara los mismos principios que la Masonería.  Pero como la tenacidad de ese Masón fue muy grande, y  el curso del tiempo mostró que la presencia femenina se tornara necesaria, sino dentro de la Orden Masónica, por lo menos,  paralela a ella y a pesar de que todavía existen muchos miembros que se han opuesto a la existencia de la mencionada orden femenina, no fue hasta el 21 de Marzo de 1937, que naciera la Orden “Hijas de la Acacia”.

  La Orden “Hijas de la Acacia”, institución autónoma e independiente, con sus propios estatutos y reglamentos, siguiendo los postulados de la Masonería de Libertad, Igualdad y Fraternidad, pone en práctica su tríptico de: “Paz, Amor y Caridad”.

    Hablemos de lo que significa ese tríptico para la Acacia.
    Paz.-      No sólo significa ausencia de guerra, ni aparente tranquilidad. Paz
                  no significa estar en un lugar sin ruidos, sin trabajo duro ni sin
                  dolor.   Paz significa que a pesar de estar en medio de todas esas
                  cosas, permanezcamos calmados en nuestro corazón.  También
                  significa la tranquilidad espiritual, la armonía del hogar, por donde
                  comienza la armonía social, dada por el sentido del  respeto y la
                  igualdad entre los hombres.    Eso no significa que en un momento
                  determinado, abrazando una causa justa, las Acacias se
                  manifiesten por la defensa de la Patria, ya que estas abogan  por la
                  justicia social.
 
  Amor.-    Hacer el bien por el placer de hacerlo, aunque ello implique
                  sacrificio  de su tiempo y economía, únicamente remunerado con
                  la satisfacción espiritual de haber cumplido con el deber de
                  hermana. También significa el amor al trabajo creador que
                  contribuya al cambio y evolución de la sociedad y el universo.  Y
                  también al amor por  el conocimiento que enriquece el alma y da la
                  sabiduría para tomar decisiones que contribuyan a emancipar a la
                  mujer.
  
Caridad.    La Caridad no es donar lo que nos sobre, sino compartir lo poco
                  que se tiene con el hermano enfermo o en desgracia.  Es
                  compartir el conocimiento y el cariño con quienes lo necesiten.  Es
                  iluminarlos para que hallen el camino  de la perfección.  Ilustrar es
                  llevar la luz a los que no ven por su ignorancia, por tanto, enseñar,
                  es una forma de practicar la caridad.

                    La Acacia, es una mujer cubana cuyo objetivo es perpetuar su  especie impregnada de valores universales por el desarrollo de la humanidad y la perfección de la humanidad. Perfumada y agrupada como la flor y perpetua como la madera, podemos decir que ella  una “Hija de la Acacia” es una mujer cubana con proyección universal.













Monday 9 May 2011

El otoño de una mariposa.

Tomado del cuaderno de cuentos del mismo nombre.
 Madalina Cobián.                   
                                                                             
Mariposita,
   No porque tu naturaleza aventurera se hubiera mostrado en ti desde muy temprano, tuviste oportunidad de desarrollarte como tal, pues la inocencia, la docilidad y obediencia que te acompañaron siempre se ocuparon, no de matar, pero sí de controlar tu espíritu apasionado.
   Una vez, cuando tenías cuatro años, mientras  tu madre compraba vegetales al chino verdulero que solía pasar por la puerta de tu casa,  sentiste la inspiración de robar un plátano maduro de la carretilla y sin pensarlo, lo hiciste. Rápidamente escondiste el plátano entre tus dos manitas a tus espaldas.  Cuando tu mamá terminó su compra, se volvió y tú  hiciste lo mismo, pero sin antes haber cambiado el plátano de lugar, por lo que, al voltearte, el chino pudo percatarse de la presencia del plátano escondido y te gritó:
  -“Niña ladlona.  Tú lobal plátano a chino.  Mujel, tu sel mala. Tu enseñal niña a lobal  dede chiquitica”.
  Tu madre, con las mejillas encendidas de vergüenza te retiró el plátano,  lo puso en su lugar y entró  a su casa.  Dentro, se sentó contigo y te dio un gran responso.  Tú, que permaneciste silente todo el tiempo, solo abriste la boca para decir:
  -“Yo no lo voy a hacer más, Mamita”.
   Esta frase parece que marcó tu vida, porque  cuantas veces fuiste  reprendida y prometiste no hacerlo más, lo cumpliste por el resto de tus días.
  Tu padre  poseía un negocio pequeño en el centro del pueblo, un merendero que era famoso por sus sándwiches: “Lunch”. Abría a las 9.am y cerraba a las 9.pm. Y era costumbre de aquellas personas que no tenían hábito de cocinar de noche, o aquellas familias que salían los domingos y regresaban tarde para cocinar, degustar un sándwich que costaba cuarenta centavos acompañado de una malta que tenía el precio de veinticinco.  Los emparedados de tu papá,  tenían dentro abundante jamón, queso, pepinillos encurtidos, aceituna sin hueso picadita, lechuga y todo lo que llevara un sándwich de calidad y en abundancia, y luego de ponerse a la plancha, se servían calientes y tostados.  Por la noche, cuando cerraba el local, tu padre acostumbraba llevar en un cartucho un emparedado y una malta que tú esperabas despierta, para comer tu sándwich antes de dormir.
     Tú eras muy blanca, pelirroja, con muchas pecas en tu carita bonita y en todo su cuerpo; cuerpo que nunca fue bien dotado en carnes en los lugares apropiados. Pero poseías una gracia y simpatía que a todos encantabas.
  Como tu familia era muy numerosa, por lógica, todos los años fallecía algún miembro de avanzada edad, y por ser tu madre tan tradicional y conservadora de las costumbres, a ti te vestían de medio luto, a rayitas blancas y negras o tela de ghingham  o a cuadritos de los mismos colores, por tanto en muy pocas épocas del año se te veía vestida de colores.
  Era en estas oportunidades en que luciendo alegre, revoltosa, andariega y bailarina parecías una mariposita de primavera.  Bueno… siempre que la voluntad materna no interviniera en bien de tu conducta, porque según ella, de tu conducta dependería tu futuro y tú debías aspirar  a un futuro de bien.  Por tanto, sin chistar, respondías al llamado de atención maternal con la docilidad de un tierno corderito.
  Sentías afición por la fotografía, a la que dedicabas mucho tiempo dentro de su casa. Te gustaba retratarte encima de un árbol, o sobre el techo de la casa pero no te atrevías a exteriorizar tu pasión fuera de esta por temor a aparentar perdida de la cordura.
  Tu inteligencia no era grandiosa, pero si suficiente como para vencer la Enseñanza Media y aprender una técnica que te ayudara a conseguir un trabajo para resolver tu economía  y sufragar tus gastos.  Lo que en realidad te caracterizaba como magnífica era tu disciplina.
   Poseías un carácter muy alegre y a todo le buscabas un motivo para reír con tu risa contagiosa y bullanguera; aunque a veces te extralimitabas cuando de forma incontrolable reías si veías a alguien caer, lo que te hacía parecer burlona y cruel. Luego de percatarte del error cometido, pedías disculpas por haber reído e inmediatamente y volvías a hacerlo. Así pasó tu niñez, adolescencia y juventud, sin grandes huellas que marcaran tu alma.
  Por aquel tiempo como buenas amigas que éramos nos prometimos bautizarnos el primogénito de cada una para ser comadres y seguir siendo amigas.  Yo cumplí mi promesa. Tú todavía no me has dado la razón de porqué no cumpliste la tuya.  He pensado más de una vez que ha sido la subestimación que ha estado presente en ti hacia mí más de una vez, pero que yo no he tomado cuenta.
 Cuando conociste el primer amor, la que considerabas ser tu mejor amiga entonces, te quitó el novio y se casó con el, sin embargo, a ti, o no pareció importarte o simplemente decidiste no darle importancia al asunto para no sufrir. Contradictoriamente, yo todavía siento desprecio por la que te hizo tan mala acción.
  Un tiempo después, conociste al que luego sería tu esposo.  Era un médico por el cual  no sentías gran atracción, pero como tu  madre quedó fascinada por el brillante porvenir que auguraba ese matrimonio, te convenció de no dejar pasar la oportunidad y tú disciplinadamente contrajiste nupcias convencida de que estabas actuando correctamente y feliz de haber alcanzado la meta que se habían propuesto sus padres.
 Tu matrimonio se desarrolló felizmente, con  un ventajoso nivel económico y comodidades propias de la vida de un médico.  Realizaste un matrimonio de bien. Viajaste mucho, conociste lugares, tuviste tus hijos, les diste amor, pero siempre bajo la vigilancia y control de tu esposo quien llevara las riendas del hogar y te permitiera todos los caprichos, gustos y holgazanerías  que pudieras desear, sin crearte responsabilidad alguna que pudiera entorpecer tu placentera vida.
  En tu casa siempre reinaba la risa y todos competían siempre en querer decir el chiste más gracioso. Hasta tu perro Chulo parecía querer participar en la risa y el jolgorio. ¿Lo recuerdas?  No hubo ningún antojo que no te diste el gusto de permitirte. Tenías una familia y una vida envidiable.
     Hay un proverbio chino que dice:
-          “El hombre trabaja la primera mitad de su vida para garantizar la segunda mitad de esta.”
   Lamentablemente, Mariposita, tú no te preparaste para la segunda mitad de la tuya. 
   La vida está también compuesta de otros elementos que no son sólo la risa y la alegría.  Existen otras cosas que  tú no conocías que, además de agriarla, enseñan a pensar y obligan a madurar para poder seguir viviendo y aceptarla tal como es. 
   Pero eso tuviste que descubrirlo por ti misma, cuando tus hijos crecieron, se fueron de tu lado y se negaron a continuar haciendo tu voluntad; cuando asumieron su propia responsabilidad ante la vida y dejaron atrás la risa y el jolgorio.
  Mariposita, los hijos no nacen queriéndonos; ellos sólo nos necesitan.  Aprenden a querernos cuando tienen sus propios hijos.  Somos nosotros los que los queremos a ellos y responsablemente tratamos de estar cerca de ellos para que cuando nos necesiten, nos llamen y podamos demostrarles solidaridad y serle útiles. Pero nada más, porque si no nos llaman, estorbamos.  Además, porque hay que demostrarles que además de ser madres, somos seres humanos con vida propia.  Así es como mejor nos ganamos su respeto.
  Según tú, no naciste para tener familia, tu familia nació para tenerte a ti.  Error craso.  Si la hiciste, asúmela tal como es.  Y demuéstrale a tus hijos que desde donde estés, pueden contar contigo, no para tu beneficio sino el de ellos, porque tu vida la puedes resolver tú.
 - ¿Qué quien soy yo para aconsejarte así?
 - Una madre que también cometió errores en la crianza de sus hijos y que te habla por experiencia.
   También descubriste otro lado oscuro de la vida cuando se murió tu perro y te quedaste sola con alguien a quien descubriste como ajeno; cuando gracias al desarrollo tecnológico y al Internet, conociste que existía algo muy importante que tu desconocías: el orgasmo; cuando descubriste el potencial erótico que escondía tu cuerpo y que aunque ahora conoces, no has podido dar curso sino virtualmente; cuando te percataste de cómo habías desperdiciado tanto tiempo de tu vida al no dar rienda suelta a la pasión que aún albergas; cuando te diste cuenta de cuan vacía estaba la superficial vida que tu decidiste llevar por disciplina y obediencia.
  No eres el único caso.  Hiciste lo que hubiera hecho cualquier mujer “normal” de tu época que hasta podría haberse sentido dichosa de su vida de no ser porque tú no eres así de normal, sólo que tardaste en darte cuenta.
  No ha sido tu culpa, Mariposita.  El medio, tu formación y la sociedad  te obligaron a actuar de esa forma y va a ser esa misma sociedad la que te critique, te censure y te condene por querer emprender una tardía emancipación.
 Y ahora, en el otoño de tu vida, ¿Qué pretendes hacer, Mariposita? ¿Recuperar todo el tiempo que perdiste? ¿Saciar tus deseos reprimidos durante la infancia, adolescencia, juventud y aún madurez? ¿Aprender a rebelarte, a imponer tu criterio cuando las circunstancias te son adversas, el momento no lo requiere  y no cuentas con el valor que se necesita para  enfrentar la independencia porque en su momento no  supiste llenarte de el? ¿Pretendes llevar una vida farandulera, compartiendo con artistas y gente joven aventurera  como una más de ellos? Para los jóvenes esos casos son valorados en un primer momento como de valentía, pero luego, como severos jueces que son,  los juzgan de excéntricos y fuera de tiempo; de ridículos.   Y los halagos que recibes de ellos en ese momento son aduladores cumplidos, caso que les mueva un interés hacia ti, o sientan algún respeto por ti, de lo contrario son burlas a tus espaldas.
   Corres el riesgo de emprender un vuelo para el que no  cuentas ya con suficiente energías y puedes colapsar, o en el mejor de los casos intentar volar sobre el lodo que puede manchar el oropel de tus alas.  
   Mariposita, ya no es tiempo de risas irresponsables, ni de burlas alocadas.  Es tiempo de asumir con responsabilidad la situación en que nos puso el destino o que nos pusimos nosotras mismas.    Cada edad tiene su encanto y no hay nada más bello que vivir cada etapa de la vida con intensidad, pero con dignidad.
  Mariposita, aún estás a tiempo.  Pon los pies sobre la tierra, mírate en el espejo y reconócete.  Mírate a los ojos y busca  la mujer madura que está escondida en ti y que está demorando  en salir, la que va a saber sacrificar, parte de su tiempo e intereses, no todos,  por los que la rodean o por aquellos de los que un día fuimos responsables.  Y verás que cuando ella salga los que te rodean, si en un momento te rechazaron,  ansiarán tu compañía.  Piensa que la belleza  física, el dinero y el poder se acaban y sólo quedan los valores que nosotras mismas pudimos habernos creado y los sentimientos que en otros pudimos haber despertado.
  La vida nos la dio Dios, no para que la poseyéramos, sino para que la administráramos, porque al final tenemos que rendirle cuenta de lo que hicimos con ella.
 Yo se que todo lo que pueda decirte herirá tus oídos y me vas a malinterpretar, porque  tú, como muchas mariposas, estás acostumbrada a oír solo lo que quieres escuchar, lo que halague tu ego, lo agradable.   Yo sólo seré capaz de decirte la verdad aunque por ello me desprecies, porque a los verdaderos amigos se les dice la verdad para evitarles hacer el ridículo.
   Mariposita, no vayas a pensar que te hablo así por envidia, como catalogan a los que  critican; por el contrario, yo soy una mujer realizada, saturada de los placeres humanos que en cada etapa de la vida me tocó vivir, con pocos bienes materiales, pero con un mundo espiritual muy rico que disfruto desde la tranquilidad de mi hogar.  Te hablo así porque te quiero y porque me das lástima que vayas a descender vertiginosamente desde el podio donde siempre te he tenido colocada, pero, si mis palabras no hacen eco en ti, mi única opción es dejarte  sola hasta que reacciones por ti misma.  No obstante, sabe que siempre podrás contar conmigo.     De todas formas yo siempre seré tu amiga.      
                        Madalina